jueves, 10 de octubre de 2013

MAFALDA DICE

Por Selma Berrezouga

Desde hace algún tiempo, he aprendido que es necesario dejar que la vida nos despeine, por eso he decidido vivir la vida con mayor intensidad.
El mundo está loco.
Decididamente loco…
Las cosas buenas engordad.
Las cosas bellas, cuestan.
El sol que te ilumina la cara, te hace venir las arrugas.
Y todas las cosas verdaderamente bellas de esta vida, te despeinan…
Hacer el amor, despeina.
Reírse a carcajadas, despeina.
Viajar, volar, correr, tirarte al mar, despeina.
Quitarte los vestidos, despeina.
Besar a la persona que amas, despeina.
Jugar, despeina.
Cantar hasta quedarte sin aliento, despeina.
Bailar hasta hacerte venir la duda de si ha sido una buena idea ponerte los tacones esa noche, de deja el cabello irreconocible…
Entonces, cada vez que nos veamos, tendré siempre el cabello despeinado. Incluso, no dudar que yo esté viviendo el momento más feliz de mi vida.
Es ley de vida: será siempre más despeinada la mujer que elija el primer vagón en la montaña rusa, aquella que elija no salir…
Puede ser que me sienta tentada de ser una mujer impecable, peinada y elegante dentro y fuera.

Este mundo exige bella presencia: péinate, metete, quítate, compra, corre, adelgaza, come, camina derecha, sé seria…
Esta es la recomendación a todas las mujeres: Abandónate, come las cosas más buenas, besa, abraza, baila, enamórate, relájate, viaja, salta. Ves a dormir tarde, levántate pronto, corre, vuela, canta, ponte bella, ponte cómoda, admira el paisaje. Gózatela y, sobre todo, ¡Deja que la vida te despeine! Lo peor que puede sucederte es que, sonriendo delante del espejo, tu debas peinarte de nuevo!

MAFALDA

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