martes, 4 de febrero de 2014

ELLOS CUENTAN MÁS CHISTES, ELLAS RÍEN MÁS

Por Ana BCamponovo






Recopilamos artículos publicados en diversos medios en diciembre de 2010 que creemos hay que tener en cuenta al hablar de humor y un video ”El cerebro feliz”, realizado por la universidad de Navarra.
De "El cerebro feliz"

"El cerebro feliz"

Nos alegramos de compartir estos hallazgos que, aunque han cumplido dos años, falta integrarlos, asimilarlos y disfrutarlos. Imaginen, si la física cuántica tiene más de un siglo y continuamos con una forma de pensar newtoniana, es probable que integrar nuevas creencias respecto a la  mujer, al hombre y a la especie humana, nos lleve un tiempito. Por ello es tan necesario revelar lo revelado muchas veces. Ni qué decir acerca de los testimonios de miles de años que nos han dado sabias, sabios, seres liberados, etc. y que no terminan de ser incorporados en una humanidad que, aún teniendo todas las condiciones que permiten una evolución hacia otras dimensiones, continúa atascada, tropezando una y otra vez con la misma piedra. Y , a propósito del humor, ¿quién habrá inventado la tal piedra?
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Si ella no se ríe de aquel chiste, o él se parte de risa por cualquier tontería, no se trata de que él o ella sea extraño, que tenga o no sentido del humor. La diferencia entre sus carcajadas y las de su pareja no es más que un síntoma de nuestras diferencias cerebrales. Porque podemos ser equivalentes, pero no somos iguales. Hasta reímos distinto. A los hombres les basta con un chiste absurdo, ellas necesitan que lo absurdo sea divertido.

LAS DIFERENCIAS ENTRE EL HUMOR MASCULINO Y FEMENINO SE DILUYEN

Por Evy Basma

Las mujeres cada vez hacen más chistes sobre sexo y tabúes que antes. "Su manera y forma general de hablar ahora es mucho más dura", dice el investigador de humor Martin Führ de la universidad de Dinamarca. 

Hace diez año un chiste típico femenino era una adivinanza y el humor residía en intentar adivinar  la gracia del chiste. El contenido del chiste tampoco era muy vulgar. Los hombres, en cambio, contaban chistes vulgares, sexuales y hablaban de tabúes. 
Martin Führ dice que la explicación de esto reside en que la feminidad está cambiando y que la diferencia entre los géneros se disipa y hasta en los niños ahora se observa que su humor es más masculino que antes.


La investigadora de humor Maia Løvland -que ha investigado dentro del mundo de la comedia en vivo en Noruega- también dice que la frontera entre hombre y mujer se está borrando, porque para hacer reír a los hombres, las mujeres tienen que hablar como ellos. Ella pregunta sin responder si las mujeres en realidad somos igual de frescas en nuestro humor que los hombres, solo que antes no se nos permitió expresarlo. 
Bromear sobre el sexo y los tabúes tiene raíces profundas en el ser humano, por ejemplo, todos tienen una relación al respecto y sacan las tensiones.

El humor sigue la misma evolución que la sociedad, en donde las mujeres consumen la misma cantidad de alcohol que los hombres y tienen la misma cantidad de relaciones sexuales que ellos.

La doctora Judith Baxter, que también ha investigado sobre el humor femenino, dice que las mujeres son más irónicas consigo mismas y que usan el humor para evitar conflictos. 

Tres de cada cuatro mujeres que bromean son recibidas con silencio en lugar de risas, mientras que los chistes de los hombres con más frecuencia se consideran divertidos.

La cantidad de risas que recibe un chiste depende del poder de quien lo cuenta. Para entender el equilibrio del poder en un grupo, no hace falta más que observar quién ríe y quién calla cuando diferentes personas cuentan chistes.  Una persona considerada poderosa recibirá más risas que otra que no, y por la misma regla de tres, un hombre recibirá más risas que una mujer.